En el IES Algazul se ha conmemorado el Día Internacional Contra la Violencia de Género y se ha reflexionado con el alumnado leyendo el siguiente manifiesto:
Hoy al entrar
a clase nos ha debido llamar la atención las listas de nombres situadas en los
pasillos del Instituto. Son “alfombras rojas”. No son como la de los Goya ni la
de los Premios Grammy, de estilo y glamour, por la que nos encantaría pasearnos
algún día. Por las alfombras que nos hemos encontrado hoy en el instituto se
hace imposible caminar. Porque no son alfombras de orgullo sino de vergüenza y
de dolor. No son alfombras de vida sino de muerte.
Están repletas
de los nombres de las 50 mujeres víctimas de la violencia de género, que han
sido asesinadas en lo que va de año, la misma cifra que en todo 2018.
Hoy lunes se
conmemora el Día Internacional contra la Violencia de Género, y en el centro
queremos que cada uno y cada una reflexione de manera personal sobre este tipo
de violencia, que se alimenta de creencias y valores machistas.
Hay personas
que todavía cuando escuchan hablar de la Violencia de Género comentan
enseguida: “¿Y qué pasa con los hombres? ¡Ellos también sufren violencia!”.
Invitamos hoy especialmente a estas personas a que abran su mente y su corazón
para poder entender que en España, han sido 1026 las mujeres asesinadas a manos
de sus parejas o exparejas desde el 2003, año en el que comienza a haber
estadísticas sobre víctimas de violencia de género.
Cuando en 16
años la cifra de asesinadas por sus parejas asciende a casi mil, no es difícil
entender que estas relaciones de poder tienen como víctima a un género, el
femenino, y no al otro. Y, precisamente, para frenar su goteo incesante, se
creó la Ley Integral de Violencia de Género.
Al igual que
en el Código Penal existe un tipo penal de actos racistas y xenófobos para
condenar clases específicas de delitos (del que curiosamente nadie se queja) se
creó también el tipo penal con connotación de “género”. Si se hizo así no fue
por gusto o capricho, sino porque las asesinadas son mujeres en una proporción
vergonzosa.
Por ello, hoy
os invitamos a leer con otros ojos los nombres de esas alfombras, las edades,
las ciudades y provincias donde fueron asesinadas: como quien busca a su
hermana, a su amiga, a su madre, a su profesora, reconociendo que se trata de
una violencia que vulnera la integridad, la seguridad, la dignidad y la vida de
las mujeres, por el simple hecho de serlo.
Hoy pedimos a
los gobernantes, entidades y familias que multipliquen y aúnen sus esfuerzos
para que las chicas y los chicos jóvenes sean capaces de identificar los
primeros signos que conducen a la espiral de la violencia machista y para que toda
la sociedad en su conjunto, se mantenga unida para derribar los comportamientos
y actitudes sexistas que se perpetúan aún en pleno siglo XXI.
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